Anoche vi Los niños del cielo de Majid Majidi, otra película ambientada en Teherán. Me ha venido a la mente Persépolis, también iraní, la primera un cuento, la segunda animación. El cuento se basa en una anécdota ocurrida en el seno de una familia muy pobre. El niño pierde los zapatos de su hermana después de llevarlos a arreglar y tienen que compartir sus zapatillas de deporte acudiendo por turnos al colegio. Esas continuas carreras de ambos entre su casa y el colegio me han recordado otra reciente y deliciosa película, La bicicleta de Pekín, en la que un niño también pobre, comparte su bicicleta de trabajar con un ladronzuelo ocioso. No está mal el recurso para enseñarnos las calles de Pekín o de un suburbio de Teherán.
Me gusta compartir estas recomendaciones porque así es como las encuentro yo, el fin de semana pasado me dediqué a googlear y ésta es solo la primera de unas cuantas películas invisibles por aquello de que no llegan al gran público, que me encontré y que espero ver en las próximas semanas. Me vuelvo a Oriente.
Me gusta compartir estas recomendaciones porque así es como las encuentro yo, el fin de semana pasado me dediqué a googlear y ésta es solo la primera de unas cuantas películas invisibles por aquello de que no llegan al gran público, que me encontré y que espero ver en las próximas semanas. Me vuelvo a Oriente.
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