martes, 25 de marzo de 2008

Política de la sospecha

Parece el título de una película de cine negro, pero no. Se trata de la estrategia de oposición del PP cántabro que, una vez retomado el periodo ordinario de sesiones en el Parlamento regional, vuelve a la carga para hacer lo que debe hacer una buena oposición, controlar al gobierno y proponer alternativas.


La pena es que ese control, porque de alternativas no podemos hablar mucho ya que no se las ve por ninguna parte, podría denominarse perfectamente como "política de la sospecha, que algo queda y si no lo han hecho, lo harán". Curiosa forma de hacer oposición.


La reina de esta estrategia, no me cabe ninguna duda quien pudiera ser, Mª Antonia Cortabitarte, el azote del suelo público industrial, que ni está ni se le espera dice ella. Mientras tanto, miles y miles de metros cuadrados de suelo industrial van cubriendo las diferentes etapas administrativas previas a su puesta en marcha, hasta el punto de que hoy hay 2 millones de metros cuadrados con aprobación definitiva a disposición de las empresas, siendo el objetivo alcanzar los 10 millones de metros cuadrados al final de 2011.


La misma diputada ha hecho abuso de esta política de la sospecha también con las cuentas, como no, las VISAs de las empresas públicas, etc. Siempre con el latiguillo ¿qué es lo que tienen que ocultar para no darnos los datos que pedimos? (Es que esta señora desconoce la legislación sobre protección de datos o la función de los servicios de intervención, pero que le vamos a hacer, no se ha debido fijar en lo sucedido con el legionario de cristo mallorquín que iba para ministro y el rastro de la VISA pública en locales de ambiente gay se lo ha impedido).


La reentré parlamentaria no se libra tampoco. Ya en campaña, el lider del PP cántabro, enterado por la prensa de que se reserva un espacio frente a nuestras costas para en un futuro muy lejano aún y sin ninguna certeza de que sea el lugar elegido, el gobierno va a construir dos depósitos de CO2 en el marco de las políticas avanzadas para combatir el cambio climático. ¡Cuánta confusión ha generado el primo de Rajoy en las filas populares! A poco que se sumerja una en google se da cuenta de que los peperos de otras comunidades se están pegando entre ellos por ser sede de cualquier instalación de este tipo, es decir tecnología al servicio de la lucha contra el cambio climático. Pero Diego, el pobre, no aprobó la Física y Química y confunde el dioxido con el monoxido de carbono y nos cuenta unas bobadas en la prensa, pretendiendo generar una alarma que lo único que mueve es a la hilaridad.


Y como esto no es suficiente, para remachar la política de la sospecha, llevan un par de semanas conchavados con la prensa libre de Cantabria (léase El Mundo y su avalado periodismo de investigación) levantando sospechas sobre el concurso para la adjudicación del proyecto de construcción de viviendas protegidas en la finca de La Remonta. El próximo lunes traeran el debate al Parlamento. ¿Saldrá el alcalde-diputado Iñigo de la Serna a preguntar?


No se cuantas pruebas necesitarán otras personas, pero yo con las que tengo, estoy en condiciones de afirmar (que no de sospechar, ojo) que desde el momento cero el PP se planteó obstruir, obstaculizar, impedir en la medida que pudieran, la construcción de viviendas a precio asequible en Santander, no vaya a ser que las más de 3.000 personas que pudieran ocupar esas viviendas, cambien la correlación de voto tan favorable para los conservadores en la capital santanderina. La prueba del 9 es que durante los últimos 12 años el ayuntamiento de Santander no construyó ni una sola vivienda protegida obligando a miles de personas a engrosar el censo de las poblaciones limítrofes con precios más asequibles.


La mejor postdata me la ofrece Susana Mediavilla recordándome la más cruel e injusta política de la sospecha (aunque luego se demostró falsa, igual que se hará con las arriba mencionadas): si, la que nos llevó a la guerra de Irak de la mano de Aznar bajo la sospecha de que tenían armas de destrucción masiva o la que después vertió el ínclito en la Comisión de Investigación sobre que los autores del 11-M no estaban en montañas o desiertos lejanos. Hay que joderse.


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La desaparición de las luciérnagas. Sobre P.P. Pasolini.