Y allí estuve, me gusto, aunque tengo que advertir que ya iba predispuesta porque les tengo mucho afecto a Isaac y a Rosa y eso me pueda nublar un poco el entendimiento, como bien explica Punset en su búsqueda de la felicidad.
Aún así me encantó. Me gustó el audiovisual reconocible de Sniace y el lema de que todo problema de la naturaleza es de naturaleza humana. (Bien por Medio Ambiente, merecería un trato equivalente al documental de Al Gore). También el sorprendente recorrido por poetas cántabros, algunos y algunas, presentes en el sala.
Reivindicando la vida, liberando la poesia de la carcel de los libros y llevándola a un escenario. Para mi que soy poco o nada lectora de poesía la obra vino a ser cómo el día que escuché a Máximo Pradera, explicar con un punto golfo aquello de que si hay película, la prefiera a la novela, porque una película solo dura un par de horas.
Lo pasé muy bien, disfruté de los versos y sobre todo de las voces, de la respiración, de la cadencía. Definitivamente, me gusta más la poesía recitada o así interpretada a tener que leerla yo misma. Del resto de las cosas, que hablen los que saben. Recomiendo no perdersela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario