Ayer domingo el inefable Ignacio Diego nos dejó una de esas perlas de campaña que se guardan en el recuerdo por los tiempos de los tiempos; aunque no supera a la del primo de Rajoy, le anda cerca. En el DM dijo:
Diego fue ayer más allá, y habló de posibles riesgos a la salud, debido a que esta tecnología «aún es experimental». «Como dijo Miguel Ángel Revilla, el CO2 no es radioactivo» -señaló Diego con ironía- «pero si una persona se encierra con un coche encendido en el garaje, se muere asfixiada por el dióxido de carbono». «No existe ningún científico que asegure un riesgo cero», remarcó.
Yo creo que Diego suspendió física y química en el instituto y por eso se hace un lio entre el dioxido de carbono o el monoxido de carbono que es lo que emiten los tubos de escape de los coches, aunque cabría añadir que si una persona se encierra en un coche en el garage, esté encedido o no, y lo llena de H2O, por poner un ejemplo, probablemente también correrá un riesgo terrible, Igual que si esas personas deciden llenar el coche de arena del desierto. Si 20 personas se encierran en una habitación herméticamente cerrada, probablemente moriran antes por falta de oxigeno que por el dioxido de carbono que estén exhalando al respirar. También habría que tener cuidado con los extintores de CO2 tanto por el golpe en la cabeza que te pueden dar con él, como por si, por error, introduces la manguera del extintor en la boca y llenas tu cuerpo de CO2.
En cualquier caso, a quien le importa todo esto. El caso es que lo que sea, que no lo pongan en Cantabria.
Y atención a las madres y a los padres, no dejen hacer estos experimentos a sus niños sin vigilancia.
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