jueves, 12 de junio de 2008

Palabras e Ideología

El lenguaje configura el mundo. Lo que no se nombra no existe en nuestra realidad. Pero hay cosas que no sabemos nombrar porque las desconocemos, aunque ello no quiere decir que no existan. La cultura consigue que sepamos darle nombre (y género) a las cosas asignándoles un espacio en el mundo.

Así comienza el artículo No hay que pedir perdón por decir 'miembra' de la filóloga Mónica Bar Cendón.

Ya sabemos que se puede herir con la lengua, y mucho, pero quizá las peores de estas heridas son las que se realizan de manera inconsciente, repitiendo automáticamente mensajes en millones de actos de comunicación sin prestar atención a su verdadero significado, a su origen y efecto en la creación de opinión.

Éste otro es un fragmento del artículo que se pregunta ¿Existen de verdad clínicas abortistas? de Carlos Álvarez-Dardet que es catedrático de Salud Pública en la Universidad de Alicante.

Ejemplo de lo importante que es para las mujeres el lenguaje que utilizamos. Es tan fácil y entretenido frivolizar con estos asuntos que no me apetece añadir más palabras al debate.

13 comentarios:

Rukaegos dijo...

Se puede usar un lenguaje no sexista sin necesidad de machacar las estructuras y convenciones de la lengua que, por cierto, son las que nos permiten entendernos.

Otra posibilidad es la de que todos y todas hagamos con el lenguaje lo que nos salga de las napias, y lo retorzamos hasta hacerlo irreconocible. Podríamos no volver a entendernos unos con otras y otras con unos nunca ... pero eso que importa al lado de mantener las ideologías en su sitio.

Eso sí, seamos coherentes y usemos nuestros lenguajes privados, subjetivos e ideologizados en todas partes, no sólo en público. Literatura incluida, si es que la pobre sobrevive.

Saluducos ;)

Gema González Santos dijo...

No creo que decir 'miembras' en una comparecencia parlamentaria sea para sacar tanto las cosas de quicio. Sobre todo porque las cosas siempre pasan en un contexto. Y casualmente su primera comparecencia sirve para trasmitir una información errónea en relación al teléfono y después para machacar a la joven ministra porque dijo miembras. Cuánta subversión¡¡¡

Ey, me divierten mucho tus parodias. Espero verte mañana. ;-)

Anónimo dijo...

el problema por lo visto está en que si son unos los que hacen con el lenguaje lo que les sale de las napias no pasa nada. Ahora si, cuando lo hacen las otras, ya vemos lo que pasa. Además no se trata exacactamente de hacer con el lenguaje lo que a uno o a una se le antoje, si no visibizar que aparte de los unos existen las otras.

Susana

Anónimo dijo...

Por escribir corriendo y hablar por teléfono a la vez, en el comentario anterior he cometido dos erratas en las palabras exactamente y visibilizar(no es que haya hecho con el lenguaje lo que me ha salido de las napias). Las doy por corregidas, y pido disculpas a la dueña/autora/bloguera.......a, Gema.

Susana.

Susana.

Rukaegos dijo...

Andaba pensando en proponer un concurso tipo Gran Hermano para resolver el congreso regional en el blog, Gema, jejeje, pero tal como está el percal casi que no ;)

Susana, no se trata de que unos hagan lo que quieran y otras no. La construcción de un lenguaje es algo muy complejo y tiene que servir para comunicarse. Cuando se están planteando las reivindicaciones sobre lenguaje no sexista estamos ante un fenómeno problemático, pero para el que el propio lenguaje tenía perfectas respuestas. Claro que a las personas expertas en Lenguaje casi nunca se les ha preguntado. Por ejemplo, jueza, ya correcto y admitido por la Real Academia, no deja de ser
1. una palabra cacofónica.
2. un juego superfluo.
3. el femenino de juezo.

Y eso porque nuestro lenguaje además de masculino y femenino contaba con palabra neutras, comunes y epicenas. En las palabras comunes, como juez, no marcadas genéricamente, el género venía y viene determinado por el artículo: El Juez, La Juez. Ahora, que preferimos cambiar el paradigma, y hablar de las juezas y de los juezos, me parece perfecto. Pero seamos coherentes, eh: los juezos, los poetos y un largo etcétera.
Pero insisto, el lenguaje está hecho para comunicarnos. Esta tarde te copio un poema así conocidillo en lenguaje no sexista. Y vemos los resultados estéticos.
Por otro lado, los estudios serios sobre lenguaje y poder, o sobre lenguaje no sexista (y realizados por mujeres para que no me acuses de machista por leer libros escritos por hombres) no recomiendan desdoblar el género, sino buscar giros o recursos neutralizadores. En el caso que nos ocupa, es de uso en varios países de Latinoamérica y está recogido en el Diccionario de la RAE "membresía"; o sea, el conjunto de miembros y miembras de un órgano. Y te recuerdo que cuando se reseñó el, para mí, patinazo a la Ministra, no apuntó ninguna lucha feministo-lingüística, sino que dijo que venía de Latinoamérica y allí se usa miembra. Algo que por otra parte tampoco es verdad.

Claro que hay que visibilizar la igualdad de las mujeres. Pero mientras parece que nos empeñamos en anécdotas como jóvenas o miembras, que acaban llevando no a la igualdad sino al chascarrillo, seguimos consintiendo que en los libros de texto muy pocas imágenes sobre familias, por ejemplo, presenten cambios de roles. Y te advierto que sobre invisibilidad lingüística y social sé tanto o más que cualquier mujer.

Gema, tienes razón, no es para sacar las cosas de quicio. Pero tampoco creo que sea bueno ni trivializar problemas importantes ni bajar la guardia y darle tres cuartos al pregonero precisamente para que de una comparecencia con material importante (el teléfono) trascienda sólo la cuestión del género de miembro.

Saluducos

Rukaegos dijo...

Por otro lado, aclaro que por mi propia manera de ser y mis propias preocupaciones personales, la corrección lingüística sí me parece importante. Estamos sufriendo alteraciones en el uso del español que nos están haciendo perder miles de matices expresivos, y con ellos un conocimiento del mundo más rico. En una simple lectura de cualquier diario de hoy, aparecerán (me juego lo que queráis) una docena de oraciones en que debería constar el modo subjuntivo y se utilizan mal los verbos.

Perdemos matices, capacidad expresiva, personalidad lingüística y muchas otras cosas. Pero lo más grave es que relativizar tanto que parezca que es lo mismo saber que no saber, lo correcto y lo incorrecto, acaba generando un nuevo tipo de clasismo. En Gran Bretaña lo saben bien: la escala social, el ascenso profesional, se miden en correción en el uso del inglés. Vamos por un camino parecido, y ya bastantes discriminaciones sociales nos rompen la igualdad como para inventar una nueva vía de injusticia social.

Anónimo dijo...

Regino, no dudo de tus conocimientos sobre "uso correcto" del idioma y el lenguaje. Pero como bien sabes, el lenguaje no es algo inamovible e envariable, cambia, evoluciona y se adapta, según los usos y el contexto de cada momento. Como nos veremos pronto charlaremos amigablemente sobre elllo.

Un abrazo.
Susana.

Gema González Santos dijo...

Si claro, yo también estoy por la corrección lingüistica, ya lo dije con los sms esos sin vocales que me ponen nerviosa. Pero este asunto no se trata de eso, al menos bajo mi punto de vista.

Eso que expones es política del gobierno en cuanto al lenguaje no sexista (y viene de los gobiernos de Felipe González) y por lo tanto, asumido y defendido por las y los socialistas, pero yo interpreto este debate de otra forma.

Igual que cuando Susana o Ruth como diputadas y jóvenes han tenido que sortear ciertas zancadillas parlamenarias solo por el hecho de ser jóvenes y mujeres.

De hecho, cuando escribí el post estaba visualizando la imagen de la ministra en la comparecencia (sonrisa socarrona mientras da los buenos días a los miembros y miembras) y a Ruth como presidenta de la Comisión de Industria parando los pies a un diputado maduro del PP que pretendía tomarla por el pito de un sereno.

Personalmente, considero muy interesante la opinión de la filóloga que enlazo porque a pesar de los pesares, cuando he escuchado a alguna compañera prometer su cargo como concejal, solo se me ocurrió preguntarla si le había crecido un pene.

Por eso me sorprende tu incursión como poeta que eres, obviando un poco la faceta política, ya que no lo veo como un debate sobre el lenguaje sino como valoración moral sobre los usos y costumbres. Pero casi prefiero seguir con la caña esta noche. ;-)

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con Rukaegos, pero además quiero añadir algo. Es cierto que el lenguaje condiciona nuestra manera de ver el mundo, porque esto lo hacemos a través de conceptos, y los conceptos se expresan mediante palabras.
Ahora bien, esta tendencia postmoderna a reducir todo al lenguaje es un grave error, porque sigue existiendo una "realidad" por así decirlo (lo digo de modo un poco simplista, para entendernos). Lo importante es evitar la violencia machista -la expresión "de género" es una barbaridad-, la integración social y laboral de las mujeres con los mismos derechos, etc., y eso NO se consigue diciendo "miembras" o hablando de manera "políticamente correcta", sino que es mucho más difícil.
Por último, si decimos "médicos" ¿estamos invisibilizando a las médicos? (prueba a llamar a una médica e igual te atiza, al menos las que yo conozco), si decimos "periodistas" ¿estamos invisibilizando a los periodistas? ¿la palabra "electricista" pretende tal vez, por machismo y homofobia, sugerir que los trabajadores del gremio varones han tenido desde antaño gran inclinación por la homosexualidad? ¿Debemos decir "camaradas y camarados"? (juro que esto último lo he escuchado, debido al despiste de un dirigente del PCE que se pasa la vida cuidando de no decir "compañeros" sino "los compañeros y las compañeras", fórmula esta última que me parece adecuada para comenzar una intervención pero no para pasarse todo el día hablando de "los ciudadanos y las ciudadanas", "los vascos y las vascas"...
P.D. Disculpad el rollo, demasiado café.

Rukaegos dijo...

Además de la caña de la noche seguimos con la caña bloguera jeje, que si se abre un debate hay que mantenerlo vivo jeje.

Claro que el lenguaje está vivo y cambia. Y por eso muchos usos, a medida que la sociedad los va incorporando aportan nuevas miradas, y nos van acostumbrando a giros que antes serían impensables. Otra cosa es que el propio lenguaje haya tenido sus propios recursos y a veces no hubiera sido necesario forzarlo. Tú misma pones el ejemplo de concejal (que no concejalo) y yo ponía el de juez, o juli el de electricista. En los dos primeros casos el género gramatical no está marcado, y por lo tanto no son términos masculinos ni femeninos hasta que no se incorpora el determinante. En el segundo, la marca es la contraria de la habitual.

Por supuesto que hay muchas cosas que corregir, y hay que ser muy cuidadoso con qué se dice, dónde y cuándo. Precisamente porque tiene consecuencias políticas (como ocultar o ridiculizar una intervención que en el resto de las cuestiones fue estupenda).

En lo que al lenguaje como instrumento de poder o instrumento político, también lo tengo claro. No sé si os habéis leído a Judith Butler (Lenguaje, poder e identidad) pero da muchas pautas importantes en este sentido.

Francamente, a mí me da igual que la ministra hable de miembras. Pero no por eso me va a parecer innecesario el término, ni me va a parecer una opción mejor que otras tan políticamente correctas como esa y además correctas lingüísticamente (insisto en "membresía"). Y sobre todo, creo que de esta historia no se beneficia nadie, tampoco la igualdad, y hay una clara perjudicada: Bibiana Aido.

Y ojalá Ruth le siga parando los pies al carca, y lo haga sin necesidad de caer en el chiste. ;)

Rukaegos dijo...

Y pido perdón por la extensión, jeje, entre que yo soy pesado de por mí, que me gusta escribir, y que considero que en cuestiones complejas como estas es mejor pasarse que no llegar al exponer mis argumentos, ... os estaré matando de rollo. Pero estoy muy supermegarequetearrepentido, eh ;)

Anónimo dijo...

supermegarequetearrepentido, estás perdonadísimo que no eres tan "pesao" hombre. Ya se ve que te gusta escribir y además lo haces muy bien, pero "porfa" lee detenidamente en enlace ( no hay que pedir perdón por decir miembra) que nos da pie a toda esta retaila que nos traemos de comentarios sobre Palabras e Ideología". Como verás hay argumentos para todos los gustos.

Que plan, si al final me va a gustar esto de escribir en los blogs....quien me lo iba a decir.

Saludos
Susana

Anónimo dijo...

estoy pensando que qué narices hago publicando comentarios como anónimo, porque en todo caso seré anónima, eso si, siempre me identifico por mi nombre.

luego me registro que ahora no me puedo estar.

Susana

La desaparición de las luciérnagas. Sobre P.P. Pasolini.