viernes, 26 de septiembre de 2008

La estrategia del calamar

Es cosa sabida que el régimen político, administrativo y competencial de las corporaciones locales es diferente al de los parlamentos autonómicos o centrales. Pero francamente, pensaba que tenían alguna cosa en común, me refiero a que la labor de control se realizaba a través de ruegos y preguntas en las corporaciones, y a través de preguntas e interpelaciones en el régimen parlamentario. Pero no. En el Ayuntamiento de Santander el alcalde puede preguntar a un portavoz de la oposición tal y como ha sucedido ayer en el pleno ordinario del mes de septiembre. Así lo he leído hoy en Alerta, en la edición digital de El Diario Montañés no lo he visto.

Artículo 49. Preguntas.- 1. La Pregunta persigue la obtención, por parte de algún miembro de la Corporación o de los grupos políticos a través de sus portavoces, de una información en público sobre una cuestión determinada del alcalde o de algún concejal con responsabilidad política. (Del Reglamento Orgánico del Pleno del Ayuntamiento de Santander)
Artículo 166. Sujetos. Los Diputados y Diputadas podrán formular preguntas al Gobierno y a cada uno de sus miembros. (Del Reglamento del Parlamento de Cantabria)

Vaya usted a saber qué entiende el alcalde de Santander y el señor Secretario que lo ha consentido, por algún concejal con responsabilidad política, pero tal y como se podría generalizar de lo contenido en el Reglamento parlamentario y de toda la vida de Dios, las preguntas se hicieron al gobierno. Esto es innovación y no las bobadas esas del acelerador de partículas.

Me imagino al presidente Revilla, diputado, o a la vicepresidenta Gorostiaga, diputada, preguntando cada lunes en el hemiciclo al diputado Diego, líder de la oposición, o al diputado De la Serna, la gran esperanza blanca de la derecha cántabra, de dónde sacan la información en la que basan sus habituales sospechas previamente publicadas en el suplemento regional del Inmundo, en lugar de lo que ocurre habitualmente, nunca a gusto del preguntante por otra parte, que es contestar con mayor o menor fortuna sobre el fondo del asunto sometido a control. No sería posible porque el Reglamento no lo permite.

El caso es que los tribunales de justicia han anulado la adjudicación de la obra de las sedes de bomberos y transporte urbano, el PRC acusa al alcalde de dar su versión y mentir sobre la misma, y al alcalde lo único que le interesa es saber quién ha dado la Sentencia a los regionalistas, en lugar de dar las correspondientes explicaciones y aclarar todos los extremos del asunto, incluído cuánto nos va a costar a los santanderinos y cuándo estarán listas estas infraestructuras básicas para la ciudad. Me dan ganas de pasarme por Las Salesas pedirla y leermela porque de lo que se ha publicado se desprende que hay algo más que criterios técnicos. Después de que el alcalde-diputado De la Serna reconociera en sede parlamentaria extrañas maneras de estudiar expedientes en relación a La Remonta, cualquier cosa es posible. La estrategia del calamar.

Luego está lo de 'los vecinos' pidiendo la dimisión de los portavoces de la oposición, de forma espontanea, supongo yo, como pasan estas cosas en Santander. Que están en su derecho eh¡¡ no quisiera ponerlo en duda. Lo que pasa es que me recuerda algo que ya escribí sobre higiene democrática en el movimiento vecinal en los inicios de este blog . Mis felicitaciones y rendida admiración hacía Santiago Recio, el adalid de la participación vecinal (siempre que le den la razón, se entiende).

Y todo esto y más desde la mayoría absoluta del Partido Popular. Huele todo tan mal que lo de la higiene democrática habría que aplicarlo a cada rincón de esta nuestra bella ciudad.

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