Entre estas imágenes han transcurrido 11 años
Me han dado una placa conmemorativa del X aniversario de la creación del Consejo de la Mujer de Cantabria. Me estoy haciendo vieja. Cuando me avisaron del Consejo para comunicarme que nos iban a dar una placa a las que fuimos de la gestora constituyente, no pensé que fuera a ser un acto tan institucional, con participación del presidente del Parlamento y de la vicepresidenta del Gobierno así como con presencia de numerosos parlamentarios. Me sentí emocionada y agradecida, como canta Lina Morgan.
Me ha hecho ilusión volver la vista atrás y recordar mi primera legislatura parlamentaria (cuando trabajas en política tus ciclos vitales se miden en periodos de cuatro años, aunque creo que ya hablé de ésto alguna vez).
Ayer recordaba el presidente que en aquella legislatura 1995-1999 tan sólo había media docena de diputadas (15%) frente a las 17 que son hoy (43%). Partíamos con desventaja pero los avances en este tiempo han sido espectaculares.
1997 fue un año clave para las cántabras desde el punto de vista político. El Parlamento de Cantabria, de forma unánime aprobó dos iniciativas parlamentarias: una, la creación de la Dirección General de la Mujer, y dos, la creación del Consejo de la Mujer de Cantabria, órgano ejecutivo y órgano de participación e interlocución de las mujeres, respectivamente. Hubo otra iniciativa parlamentaria aunque se realizó fuera del hemiciclo. Me refiero al "Enclave de Igualdad", unas jornadas que se desarrollaron durante el último trimestre del 97 en las que hubo pintura, música, poesía, conferencias y actos varios en los que participaron centenares de mujeres.
En ese tiempo se estaba trabajando en la reforma del Estatuto de Autonomía que se aprobó en 1998. Fue el primer texto estatutario en contener un atisbo de lenguaje no sexista y nombrar a los diputados y a las diputadas.
Después han pasado muchas cosas, tantas que aquello parece insignificante frente al salto cualitativo en materia de derechos e igualdad dado por el Gobierno de España en estos últimos años.
Este reconocimiento no es a las personas concretas que pusimos aquello en marcha, sino a todas las mujeres que lo hacen posible cada día y que aspiran a una sociedad más justa.
Me ha hecho ilusión volver la vista atrás y recordar mi primera legislatura parlamentaria (cuando trabajas en política tus ciclos vitales se miden en periodos de cuatro años, aunque creo que ya hablé de ésto alguna vez).
Ayer recordaba el presidente que en aquella legislatura 1995-1999 tan sólo había media docena de diputadas (15%) frente a las 17 que son hoy (43%). Partíamos con desventaja pero los avances en este tiempo han sido espectaculares.
1997 fue un año clave para las cántabras desde el punto de vista político. El Parlamento de Cantabria, de forma unánime aprobó dos iniciativas parlamentarias: una, la creación de la Dirección General de la Mujer, y dos, la creación del Consejo de la Mujer de Cantabria, órgano ejecutivo y órgano de participación e interlocución de las mujeres, respectivamente. Hubo otra iniciativa parlamentaria aunque se realizó fuera del hemiciclo. Me refiero al "Enclave de Igualdad", unas jornadas que se desarrollaron durante el último trimestre del 97 en las que hubo pintura, música, poesía, conferencias y actos varios en los que participaron centenares de mujeres.
En ese tiempo se estaba trabajando en la reforma del Estatuto de Autonomía que se aprobó en 1998. Fue el primer texto estatutario en contener un atisbo de lenguaje no sexista y nombrar a los diputados y a las diputadas.
Después han pasado muchas cosas, tantas que aquello parece insignificante frente al salto cualitativo en materia de derechos e igualdad dado por el Gobierno de España en estos últimos años.
Este reconocimiento no es a las personas concretas que pusimos aquello en marcha, sino a todas las mujeres que lo hacen posible cada día y que aspiran a una sociedad más justa.
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