martes, 5 de mayo de 2009

Hoy puede ser un gran día


¿Qué gran canción ésta de Serrat y Sabina! Resulta optimista y vivificante. Aunque sabemos bien que algunos días sería mejor no levantarse de la cama o en su defecto, volver nada más sentir el primer síntoma.

Eso es lo que me ha pasado hoy a mi. El primer síntoma ha sido que mi despertador ha sonado una hora antes de lo habitual y llevo fatal lo de madrugar. Sí, hasta ese punto. Lógicamente, me ha sobrado una hora antes de llegar a trabajar y lo he arreglado un poco desayunando con mi prima Elvira.

Ha habido otros síntomas durante toda la mañana. Por ejemplo, uno de los peores aparecía hoy en portada de El Diario Montañés. El Supremo absuelve a un abuelo que abusó de su nieta durante nueve años. Google es tu amigo porque la información, aunque extensa, adolece de algunos errores e imprecisiones. Un tipo ya condenado por abusos sexuales se libra porque el Tribunal Supremo cambia la valoración del delito (de abuso continuado a dos episodios diferenciados de cuatro años cada uno y separados por un año) y eso abre la puerta a la prescripción POR DOS MESES.

Y entonces se me revuelven las vísceras y se me abren las carnes mientras me pongo en el lugar de la víctima y me pregunto qué clase de Justicia tenemos. ¿Cómo es posible que sucedan éstas cosas? Las mujeres, las niñas, los niños, en definitiva, las víctimas de agresiones sexuales ¿tienen que morir a manos de sus agresores o matarlos si tienen ocasión, para evitar de esta manera que ocurran cosas como ésta?

De modo que he decidido que hoy sea un gran día.

El día de la investidura de Patxi López. Apenas he podido enterarme un poco de su discurso y ni siquiera se vota hasta las nueve de la noche de hoy. Pero es un día de ilusión para mucha gente, de Euskadi y de toda España, que queremos poner toda nuestra fuerza y nuestras ganas para que sirva para avanzar, para desbloquear la intolerable situación en la que viven muchas personas en nuestra pequeña "aldea gala".

La vida y la libertad toman el protagonismo y por eso, independientemente de lo que yo decida, es un gran día.

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La desaparición de las luciérnagas. Sobre P.P. Pasolini.