He vuelto a clase a la Universidad. Es un decir, porque sólo ha sido la presentación y de las tres horas semanales de clase que tengo, sólo podré acudir a dos con un poco de suerte. Y precisamente ahora que vuelvo a clase después de tantos años estudiando por mi cuenta y buscándome la vida, me encuentro a un amigo de la pandilla del barrio en la adolescencia que también ha vuelto a clase en los últimos tres años. Genial. Me ayudará con los apuntes y eso siempre se agradece porque mi experiencia con mis 'compañeros' de clase ha sido bastante negativa.
Y en general, podría decir que mi vida universitaria en general ha sido bastante negativa. No he sentido jamás el mínimo apoyo por estudiar y trabajar. Un estudiar y trabajar que enseguida se convirtió en trabajar y estudiar, por aquello de la hipoteca y esa tonta costumbre de comer todos los días.
Mis 'compañeros' no me ayudaron casi nunca con los apuntes, es más, como no me conocían porque no podía ir a clase, me miraban raro, y desde luego ha sido la excepción cuando he encontrado un alma caritativa que me pasara unos míseros apuntes.
La Universidad de Cantabria, como institución, tampoco es que me haya ayudado demasiado ¡¡me iba yo a matricular en la UC si pudiera matricularme en la UNED!! Pero no he podido, porque no existe la Diplomatura de Relaciones Laborales en la UNED. Así que me he visto afectada por dos cambios de plan de estudios, dos, que me han obligado a realizar el doble de asignaturas que el resto, también me he visto afectada por los errores administrativos al convalidar unos planes con otros, y finalmente, me veo afectada por una asignatura a la que es obligada la asististencia a clase para poder aprobar por expreso deseo del profesor, que también considera que se han de hacer los parciales, en lugar de ir a una sola convocatoria en junio o septiembre para aprobar.
Lo cierto es que es de chirigota. En el año 2000 me quedaba una asignatura (distinta a la que tengo ahora, claro). He perdido la cuenta de cuántas he hecho desde entonces, quizá nueve, quizá once, no lo recuerdo porque en 2006, cuándo otra vez había conseguido que sólo me quedará una, me surgieron otras dos... En fin, tengo casí veínte años de vida laboral y los mismos de vida universitaria. Hoy he constatado con mi amigo, también trabajador, que parece que les moleste el hecho porque no practican ni la más mínima flexibilidad, pero ambos hemos convenido que éste será nuestro curso.
A ellos no les importa nada de esto, pero vengo dedicando mis vacaciones agostiles a estudiar desde que las tengo, así que quiero mi título porque me lo merezco. Espero seguir bloggeando para contarlo cuándo suceda tal acontecimiento.
Y en general, podría decir que mi vida universitaria en general ha sido bastante negativa. No he sentido jamás el mínimo apoyo por estudiar y trabajar. Un estudiar y trabajar que enseguida se convirtió en trabajar y estudiar, por aquello de la hipoteca y esa tonta costumbre de comer todos los días.
Mis 'compañeros' no me ayudaron casi nunca con los apuntes, es más, como no me conocían porque no podía ir a clase, me miraban raro, y desde luego ha sido la excepción cuando he encontrado un alma caritativa que me pasara unos míseros apuntes.
La Universidad de Cantabria, como institución, tampoco es que me haya ayudado demasiado ¡¡me iba yo a matricular en la UC si pudiera matricularme en la UNED!! Pero no he podido, porque no existe la Diplomatura de Relaciones Laborales en la UNED. Así que me he visto afectada por dos cambios de plan de estudios, dos, que me han obligado a realizar el doble de asignaturas que el resto, también me he visto afectada por los errores administrativos al convalidar unos planes con otros, y finalmente, me veo afectada por una asignatura a la que es obligada la asististencia a clase para poder aprobar por expreso deseo del profesor, que también considera que se han de hacer los parciales, en lugar de ir a una sola convocatoria en junio o septiembre para aprobar.
Lo cierto es que es de chirigota. En el año 2000 me quedaba una asignatura (distinta a la que tengo ahora, claro). He perdido la cuenta de cuántas he hecho desde entonces, quizá nueve, quizá once, no lo recuerdo porque en 2006, cuándo otra vez había conseguido que sólo me quedará una, me surgieron otras dos... En fin, tengo casí veínte años de vida laboral y los mismos de vida universitaria. Hoy he constatado con mi amigo, también trabajador, que parece que les moleste el hecho porque no practican ni la más mínima flexibilidad, pero ambos hemos convenido que éste será nuestro curso.
A ellos no les importa nada de esto, pero vengo dedicando mis vacaciones agostiles a estudiar desde que las tengo, así que quiero mi título porque me lo merezco. Espero seguir bloggeando para contarlo cuándo suceda tal acontecimiento.
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